Libertad.

Ella mujer entregada, siempre esperando por ese momento de poder mirarlo a los ojos, hace tanto tiempo no te reflejas en mis ojos y les permites decirte tantas cosas sin palabra alguna, ellos que tanto disfrutan mirarte de una manera diferente que hasta podrías llegar a preguntar o decir ¿Por qué me miras de esa manera? Y yo sin una respuesta que darte, simplemente te miro de esa manera que mi corazón solo el y nadie mas entiende.

Hoy estamos solos dentro de este cuarto, si, necesito sentir tus manos recorrer mi cuerpo, tus labios tocar mi piel, mi sexo sentir el tuyo, hoy necesito de ti, y te tengo ahí enfrente sin saber que hacer, mi cuerpo tiembla, mi corazón palpita aceleradamente que podría decir casi jurar que lo escuchas.

Me tomas de la cintura y me comienzas a besar, de pronto te digo; te tengo dos sorpresas, esta es una y la segunda me la tengo que poner, mientras tu con un gesto delicado me dices “póntelo”. Me dirijo al baño y delicadamente saco del paquete lo que detalladamente escogí para modelártelo, una delgada tela envuelve mi cintura y unas pantimedias cubren mis piernas los broches q tan delicadamente las sostienen hacen lucir a “Libertad” de una manera diferente, estoy lista y me aproximo a la puerta, bajo la falda y cubro la sorpresa que te tengo.

Salgo del baño y me acerco a ti, estas sentado en la cama y me miras, te beso y me acaricias, te dirijo al frente del espejo y poco a poco vas abriendo tu regalo, mi falda se va subiendo y el espejo a mi espalda te permite ver ese liguero color rosa, acaricias mis nalgas y en el momento en que me tocas explotas de excitación, te gusta verme así, era algo que no esperabas, quitas la falda y me pones en la cama, admirando mi trasero haciendo juego con las medias, el liguero y la tanga, te gusta, te excita, me acaricias, me muerdes, no resistes, no resisto.

Hazme tuya, y déjame entregarme de esa manera que me gusta. Tantas veces, en muchos momentos.

Mis bellos recuerdos.

Te admiro por dejarme siempre ser libre cuando estaba a tu lado.